La diabetes mellitus es un trastorno que, a grandes rasgos, cursa con una producción insuficiente de insulina (diabetes mellitus tipo I) o con una respuesta deficiente a esta (diabetes mellitus tipo II). La consecuencia final y que caracteriza analíticamente a este trastorno es la elevada concentración de glucosa en sangre. Esta elevación es capaz de compensarse por el organismo y se alcanzan concentraciones altas y a la vez mantenidas en el tiempo, que en ocasiones pueden llegar a niveles tóxicos.
Por lo tanto, tenemos dos grandes protagonistas dentro de la diabetes:
- INSULINA: se trata de una hormona proteica sintetizada y secretada por las células beta del páncreas. Su función es regular el metabolismo de la glucosa, tratando de mantener los niveles de glucosa en sangre siempre dentro de unos márgenes tolerables.
- GLUCOSA: se trata de un monosacárido compuesto por 6 átomos de carbono y que forma parte de otras estructuras sacarídicas de mayor tamaño. Otros monosacáridos en el organismo se trasforman en glucosa, la que finalmente sirve como combustible energético o formará polisacáridos para almacenarse para cuando sea necesario.
Un individuo sin Diabetes Mellitus, al ingerir alimentos con glucosa y esta absorberse al torrente sanguíneo a través del intestino delgado, desarrolla un pico de glucemia en sangre que es detectado por nuestro organismo. Esta es la señal inicial que hace que el páncreas, a través de sus células beta, sintetice y segregue insulina a sangre. Esta insulina interaccionará con sus receptores de membrana específicos a nivel de los tejidos periféricos, pero siendo especialmente importante a nivel de músculo esquelético e hígado. Esta interacción con sus receptores desencadenará una cascada intracelular que fisiológicamente se manifestará como un aumento de la absorción de glucosa por parte de las células, provocando una disminución de la glucosa en sangre. Esta glucosa que se absorbe, a nivel hepático puede almacenarse en forma de glucógeno o emplearse para la síntesis de otras macromoléculas y a nivel muscular se empleará para formar energía en forma de ATP.
En un individuo con Diabetes Mellitus (DM), este proceso anterior se puede ver afectado a diferentes niveles en función del tipo de diabetes:
- DM tipo: como ya se ha mencionado, se ve afectada la síntesis de insulina. Principalmente esto se debe a que se van destruyendo las células beta y por tanto no se produce lo anteriormente descrito. Estos pacientes son los que se denominan insulino- dependientes y necesitan el control de la glucemia de forma exógena mediante inyecciones de insulina. Suele ser congénita.
- DM tipo II:: en este caso nos encontramos ante una resistencia a la insulina. Es decir, el paciente (al menos inicialmente) sigue sintetizando insulina, pero esta no es capaz de interaccionar correctamente con los receptores en tejidos periféricos. Se trata de un problema a nivel de receptores. La consecuencia final es la misma, ya que la glucosa no se absorberá por las células desde la sangre. Estos pacientes suelen requerir de hipoglucemiantes o antihiperglucemiantes por vía oral aunque ante una falta de control sobre la glucemia pueden requerir en algún momento de insulina. Se suele desarrollar en personas de edad avanzada y está asociada a factores de riesgo como la obesidad.
Y, ¿cuál es el papel del magnesio en todo este entramado metabólico que es la diabetes?
Se ha confirmado a través de varios estudios epidemiológicos que puede existir una relación directa entre el estado de magnesio en la dieta y la diabetes mellitus tipo 2 sugiriéndose que un mayor consumo de magnesio puede relacionarse con la reducción de la diabetes mellitus tipo 2. En un estudio de cohorte reunida por Chacko y sus colaboradores, con un seguimiento promedio de seis años de 39,345 mujeres, se encontró una asociación inversa entre la ingesta de magnesio y el riesgo de Diabetes Mellitus tipo II, considerándose la ingesta de magnesio como un factor protector.
A pesar de que los datos previos sugieren que los complementos de magnesio pueden ser una herramienta potencialmente útil en la prevención de la diabetes mellitus tipo 2, hay una ausencia de estudios clínicos con diseño adecuado que claramente reflejen las ventajas del magnesio suplementario en el control de la Diabetes Mellitus.
Sin embargo, aunque por ahora no haya estudios que reflejen realmente el manejo de la enfermedad, sí que hay un meta-análisis realizado en 2011 que examina los resultados de 13 estudios que observaban la relación entre el magnesio ingerido a través de la dieta y el riesgo de padecer Diabetes Mellitus. En este se pudo observar que quienes ingerían una menor cantidad de magnesio, tenían un mayor riesgo de padecer diabetes, destacando que las personas una ingesta abundante en magnesio tuvieron un 15 % menos de riesgo de tener diabetes de tipo 2.
Por lo tanto, lo que sí parece claro y que podemos llevarnos a modo de conclusión del tema que hoy nos involucra aquí es que parece que el déficit de magnesio se asocia con mayor riesgo de padecer diabetes y que por lo tanto los complementos de este mineral pueden ser una alternativa en la prevención de diabetes mellitus tipo 2. Como decimos siempre, el magnesio está involucrado en muchas y muy diversas funciones fisiológicas, siendo su complementación una buena opción para la promoción de la salud.
Sobre el manejo de la enfermedad ya instaurada, hacen falta análisis que nos indiquen la relación del magnesio con el posible abordaje no farmacológico de la enfermedad. Por lo que, como siempre, en cuanto tengamos esa información, ¡no dudaremos en contárosla!